Para nombrarla usaban la palabra ALU (ALE), siendo esta para ellos sagrada.
La elaboración de la cerveza se consideraba una acto mágico, siendo esta resultado de la simbiosis entre el humano que pone la manufactura, el cuidado del cultivo, la elaboración y el consumo; la tierra que hace de madre y hace crecer las plantas; y las fuerzas de la naturaleza que generan la lluvia e impiden que se estropee la cosecha.
Hemos de entender que en la perspectiva animista basada en el intercambio y la interacción, esta representaba el éxito ya que tomaba parte un todo.
Ellos consideraban sagrado incluso su consumo, siendo esta importante en las festividades y en sus respectivos rituales, eran ofrenda para uno mismo, para la comunidad, una forma de expresión y conjunción con los dioses a los que los acercaba.
La elaboración de la cerveza era algo importantísimo, hasta tal punto que si los granjeros no cumplían las expectativas en los encargos para las diferentes festividades, se les podía expropiar la granja y se le concedía el privilegio de elaborar la cerveza a otro.
La palabra ALU era considerada mágica, representando la embriaguez divina, protección, el éxito y significaba magia en si.
Era tan importante que se usaba como saludo sería algo así “Buenos días Pepe! Cerveza!”.